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Si te sientes mal por (tener) que descansar

Post de Patricia López

El cansancio es un personaje que en la dinámica que vivimos se está convirtiendo en protagonista. Vivimos en la que han llamado la sociedad del cansancio, así referenciada por autores como Byung- Chul Han en sus ensayos.

Lo vivimos día a día, escuchamos a diario en nuestro entorno expresiones como «Respira hondo y sigue adelante» cuando nos ven sin fuerzas y quieren ayudarnos a levantar el ánimo. Considero que si repetimos muchas veces esta frase puede llegar a cambiar nuestro estado de ánimo o incluso a sacarnos de nuestras casillas. ¿Seguro que te has hecho esta pregunta mil veces? ¿Por qué me ocurre esto?

He estado investigando sobre este tema con artículos, vídeos y opiniones de nuestro entorno más cercano.  Tras hacer una búsqueda profunda, he llegado a algunas conclusiones que quiero compartir contigo.

El agotamiento surge del día a día, de las rutinas, de la carga mental… hay cosas que son inevitables, y otras que, con algunos cambios, podemos contribuir a que nuestra vida mejore. Comotehaidoeldia busca el bienestar, mejorar nuestra vida con pequeños cambios, con reflexiones y sobre todo con mucha comunidad. Somos seres sociales, es importante tenerlo presente.

Empecemos con preguntas que nos hagan pensar ¿Estoy cansado/a o desmotivado, triste…?

Hagamos una radiografía de que está ocurriendo en nuestra vida. El cansancio nos lleva a la aparición de estos tres síntomas: apatía, falta de concentración y desmotivación.

Esto puede surgir de la falta de descanso durante la noche, no has dormido lo suficiente o te has pasado dando vueltas en la cama toda la noche y por la mañana te cuesta mantenerte despierto.  Las pesadillas y los sueños extraños, incluso el llanto o crisis de pánico son otros de los detonantes que afectan a nuestro ánimo.  Empezaremos por cuidar ese cansancio físico, con una higiene del sueño, micro-descansos a lo largo del día, mucha hidratación y hábitos de confort (hacernos la vida más fácil, reducir la carga mental, planificar, delegar cuando no llegamos…)

La desmotivación, los agobios, el sentir que no respiramos bien…. son síntomas derivan del estrés.  Por eso, haré hincapié en el estrés: ¿Qué dos tipos de estrés podemos encontrar? El bueno y el crónico.

  • El estrés bueno es cuando nuestro cerebro tiene una reacción rápida ante la situación de un problema y es de corta duración. Por ejemplo: estamos pasando por la calle y hay un hombre subido en unas escaleras pintando la fachada y vemos que se le va a caer la lata de pintura. Nuestro instinto y nuestro cerebro nos impulsa a movernos de ese lugar. Pero cuando no se resuelve esa situación se le considera estrés crónico
  • Estrés crónico Estrés crónico es una manera de gestionar las emociones a largo plazo. Por ejemplo, cuando sentimos incertidumbre y no sabemos si el mes que viene podremos echarle gasolina a nuestro coche o arreglarlo. En el estrés crónico los niveles de cortisol (la hormona del estrés) son elevados. Se ha demostrado que el estrés aumenta la energía en el cerebro, pero esto no ocurre por igual. La parte lógica del cerebro para resolver problemas complejos no es tan necesaria y se desactiva. Pero, la parte más instintiva de nuestro cerebro reacciona rápidamente ante esta hiperactividad y por eso motivo tenemos cambio de humor. ¿Qué me sucede?

Uno de los efectos del estrés elevado y es el cortisol es mantenernos alerta por eso nos cuesta trabajo conciliar el sueño por la noche. Los sueños procesan las emociones, si tenemos una vida emocional alterada soñaremos más y tendremos más pesadillas. ¿Has sentido estás sensaciones? ¿Lo has compartido con alguien? Es importante darle importancia.

El estrés también puede aumentar el apetito especialmente el deseo de ingerir cosas dulces porque el cerebro está buscando energía. ¿Qué podemos hacer? Según los expertos sería aceptar que no podemos rendir al cien por cien de nuestras capacidades. Es el momento de parar, de hablarlo, de no dejarlo que vaya a más… de verdad, es importante iniciar micro-cambios, aunque ahora te parezca un mundo.

El estrés también puede aumentar el apetito especialmente el deseo de ingerir cosas dulces porque el cerebro está buscando energía. ¿Qué podemos hacer? Según los expertos sería aceptar que no podemos rendir al cien por cien de nuestras capacidades. Es el momento de parar, de hablarlo, de no dejarlo que vaya a más… de verdad, es importante iniciar micro-cambios, aunque ahora te parezca un mundo.

  • Buscar actividades que no nos suponga mucho esfuerzo: Leer,  dibujar, cocinar, meditar, nadar… Ver una serie puede ser un paso, el ocio nos saca de nuestro bucle de pensamientos, sin embargo, esta actividad también nos está cansando sin que nos demos cuenta.
  • Comentarlo con nuestros amigos y entorno, a veces que te vengan a recoger a casa puede ser una gran ayuda, porque si no fuera así, ni saldrías ese día.
  • En fin, podría decir infinidades de actividades, la cuestión es que estemos cómodos con ese plan para poder sacar ese poquito de energía y poder retomar de nuevo la actividad.
  • También contarte que hacerte la pregunta ¿Por qué estoy tan cansado? una y otra vez no va a ayudar. Es importante el autoconocimiento, saber cómo te sientes, tener un dialogo interno positivo. ¡Vale, estamos cansados/as no pasa nada, vamos a aceptarlo y poco a poco tomar las riendas de la situación!

Cambiar esa pregunta que nos retumba en la mente por una mucho más amable ¿Qué puedo hacer para aumentar mi energía y sentirme un poco mejor?

Os dejamos un video que nos ha gustado mucho de Adriá Solá Pastor, estudiante de filosofía, ciencias políticas y derecho, que ha estudiado a fondo este tema, nos dice que la energía y la motivación van cogidas de la mano, es decir, si tenemos motivación tendremos más energía y viceversa. 

Vamos a ver varios puntos según la perspectiva de la ciencia no solo para mantener la energía sino también como conservar esa energía.

Una de las causas es la explotación digital: El uso excesivo de dispositivos digitales puede causar fatiga. El cerebro calcula el esfuerzo necesario para realizar una acción y dispara una señal de cansancio. El uso constante de dispositivos digitales puede aumentar la frecuencia de esta señal de cansancio. Lo que ocurre es que tendremos menos motivación y energía para hacer las cosas más difíciles. Lo curioso es que el cerebro no distingue las actividades según el proceso, sino que las distingue el placer a corto plazo. Cuando queremos trabajar o estudiar por obligación y el cerebro manda esa señal de cansancio es porque habrá hecho un cálculo de los esfuerzos que tendremos que hacer como algo productivo, por eso utilizar menos el teléfono va ayudar a cambiar el modo en que nos sentimos.

  • Establecer una rutina en nuestro día a día: Establecer una rutina en nuestro día a día: Somos seres rutinarios y necesitamos una estructura en nuestro día para mantener la energía y la motivación. Evitar decisiones aleatorias al comienzo del día puede ayudar a preservar la energía para las decisiones que realmente importan. Por eso, sería conveniente establecer un horario con la actividades hasta habituarnos con la rutina e ir priorizando desde la más fáciles de realizar a las más complejas dentro de nuestro horario con cada actividad pero sin aceléranos. Planificar para aliviar la carga mental e intentar compartirla con alguien, las conversaciones ni te imaginas lo que ayudan. A veces nos ocurre que algo se atasca y se queda como una tarea residente que nos parece un mundo y en cambio para otra persona es un paseo y nos puede ayudar.
  • Mantener una rutina de descanso: el sueño es vital para mantener altos niveles de energía. Se recomienda seguir una rutina de sueño regular y evitar la exposición a la luz brillante antes de acostarse. A lo mejor un antifaz para dormir puede ayudar. Los expertos recomiendan que apaguemos los dispositivos electrónicos dos horas antes de dormir para evitar la adicción y encontrar ese momento de calma. También se sugiere evitar la cafeína al menos 8 horas antes de dormir. De igual modo nos recomiendan que estemos en contacto con la luz natural del sol ya que permite tener más energía y despierta varios mecanismos en nuestro sistema. Según las aportaciones de comotehaidoeldia, dormir ocho horas diarias es fundamental para nuestro descanso. Algunos estudios nos recomiendan no pasarnos de horas de trasnoche los fin de semana y levantarnos a la misma hora para mantener esa rutina de la que hablamos.
  • Hacer  ejercicio y cuidar nuestra alimentación: Aunque puede parecer contradictorio, hacer ejercicio y comer menos (o reducir la frecuencia de las comidas) puede aumentar la energía. Los expertos nos recomiendan hacer ejercicio por la mañana y practicar el ayuno intermitente en tu rutina, esto significa alargar el número de horas de la noche hasta la mañana y establecer sus tres comidas durante el día. Según las aportaciones de nuestro entorno para conservar esa energía de la que hablamos es fundamental realizar una dieta sana equilibrada evitando alimentos procesados ya que disminuyen esa energía.
  • Por último, también puede influir el entorno: Las personas que nos rodean pueden afectar a nuestros niveles de energía. Es importante rodearse de personas que nos inspiren y nos motiven en nuestro día a día. Como por ejemplo la comunidad que estamos creando, un lugar donde incitamos a hacer planes con el objetivo de romper con la monotonía y activar esas energías para empezar la semana con más fuerza.

 

Otro tema importante es el sentimiento de culpa cuando te obligas a descansar… Vamos a tocar este tema también. ¿Qué es esa culpa? ¿De dónde viene? empezaremos con una definición sencilla según Psicólogos prados, la culpa es un sentimiento que experimentan determinadas personas por algo que han pensado o han dicho o han hecho de manera exagerada llegando a creerse esa situación. Las personas que tienen este sentimiento de culpa se sienten pequeñas o poco valoradas, incluso pueden tener la sensación de haber decepcionado a los demás y se van aislando poco a poco del mundo.

Pero, ¿ Como puedo dejar ese sentimiento de culpa a la hora de descansar ?

Debemos comenzar a cuidarnos y mimarnos. No somos personas egoístas si decidimos tomar un descanso, ya que, no podemos abarcar más allá de nuestras capacidades.

Una frase que escuchamos de nuestra comunidad y que me ha encantado.

Vivimos por encima de nuestras posibilidades energéticas y nuestras fuerzas.

Esta idea también se refleja en este maravilloso post llamado la carrera de la Rata, producir y consumir. Por nuestra salud física y mental, hagamos un análisis de por dónde se van escapando nuestras fuerzas… necesitamos un descanso y debe ser de calidad.

Busquemos un tiempo para nosotros mismos y poder desconectar. Debemos aprender que no podemos abarcar más cosas de la que podemos hacer. Como bien añaden las aportaciones de nuestra comunidad debemos priorizar las actividades. Primero cumplamos las obligatorias, trabajo y salud. Esas son la que tengo que cumplir sí o sí. Después ocupémonos de las no tan obligatorias.  Como bien nos decia Adriá Solá Pastor seguir una rutina en nuestro día a día nos permitirá tener una mente organizada y sacar el tiempo que necesitemos para descansar.

¿Cómo podemos trabajar esa culpa con respecto a descansar o simplemente cuando no queremos hacer nada un día?

En primer lugar asume tu cuota de responsabilidad: como la capacidad de dar respuesta ante las situaciones, ser auto compasivos con nosotros mismos.

En segundo lugar: perdonarse. Cuando perdonamos estamos soltando una carga pesada en la que se incluye la culpa. Además, cerramos ciclos, soltamos eso que tanto nos afecta y aprendemos a cambiar la perspectiva de cada situación. Descansar es invertir en nosotros, en nuestra energía y nos vendrá de vuelta por siete

En tercer lugar: transformar la culpa, Uno de los pasos más importante durante este proceso es transformar la culpa y sanar. Para ello, lo podemos trabajar mediante mantras, oraciones o frases.

Por último: aprender de los errores. Liberar ese sentimiento de culpa y aprender de los errores que causa dicha emoción. Este tipo de experiencia nos pueden dejar lecciones para aplicar de por vida.

Como colofón a este artículo, considero que tenemos que valorarnos como personas y eliminar poco a poco ese sentimiento de culpa, ya que, el descanso es vital para nosotros mismos. ¿Qué te ha parecido? ¿Cuáles son tus estrategias de autocuidado? Cuéntanos…

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