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Curar las heridas emocionales

Post de Patricia López

“La risa cura todas las heridas, y eso es algo que todos comparten. No importa lo que estés pasando, te hace olvidar tus problemas. Creo que el mundo debería seguir riendo.” - Kevin Hart

Con esta frase, Kevin Hart quiere enfatizar el poder sanador y unificador de la risa. Independientemente de las circunstancias o los desafíos que enfrentemos, Hart dice que una sonrisa puede aliviar el dolor, unir a las personas y proporcionar un escape temporal de nuestra ansiedad. Hart insiste en que una carcajada es una experiencia compartida que puede ayudar a las personas a superar momentos difíciles y cree que mantenerse positivo y saludable debe ser una parte constante de la vida. Es un recordatorio de que encontrar tiempo para reír a pesar de las adversidades puede ser una fuente de consuelo y alegría.

Así pues, pienso que todos tenemos pequeñas heridas o cicatrices en nuestro corazón.  En este artículo, quiero reflejar mi historia de cómo me sentí en mi adolescencia llevando un corsé ortopédico y cómo se creó esa pequeña herida en mi alma.

Cuando tenía 15 años me diagnosticaron escoliosis, una curvatura anormal de la columna vertebral. El médico me dijo que tenía que llevar un corsé ortopédico durante al menos un tiempo para corregir mi postura y evitar que la deformidad empeorara. Me sentí avergonzada y no quería llevar eso. Tenía la intuición que todo el mundo descubriría  mi secreto, ya que, me  encantaba  llevar ropa ajustada como una chica de mi edad.  El corsé era muy incómodo y me hacía sentir diferente. Era como una armadura que me cubría desde el pecho hasta las caderas.

Pero lo peor de todo, sin duda, fue el rechazo que sufrí en el colegio. Al principio, traté de esconder el corsé debajo de la ropa, pero era imposible. Me veía gorda. Me agobiaba su forma, el ruido que hacía dentro del tejido. Los demás niños se dieron cuenta de aquello. No sentía que se burlaran de mí en ningún momento, pero notaba sus críticas por detrás. También me incomodaba  practicar deporte con ellos.

Tenía problemas para tratar con el mundo y expresar mis sentimientos. Hasta que, por fin, me lo quitaron, cuando los médicos corroboraron que mi espalda estaba suficientemente corregida. Ya podía deshacerme de ese cachivache y volver a la normalidad. Sin embargo, me ocurrió que también me noté insegura y descolocada; no sabía cómo sería mi vida, ni me reconocía sin él, no sabía cómo iba a ser, ni cómo iban a reaccionar los demás. Tenía que pensar que ellos deberían aceptarme tal como era. Además, me encontré que yo tenía mucho de mí misma que descubrir. Debía aprender a valorarme y quererme.

Todos tenemos heridas emocionales. Son huellas invisibles de experiencias traumáticas que afectan nuestra presencia, felicidad, estabilidad emocional y conexión emocional.

Aunque hacemos todo lo posible por escapar de ellos, desafortunadamente, en lugar de desaparecer, a menudo se abren y se profundizan. Entonces, ¿cómo sanamos las heridas emocionales para liberarnos de nuestro pasado? ¿Cuáles son las estrategias más eficaces para llevarlo a cabo? ¿Qué son? ¿Cómo afectan nuestras vidas? ¿ Nos absorben nuestra energía vital en nuestra alma una herida emocional? ¿ Cómo podemos afrontarlo?

En este artículo te explicaremos qué son las heridas emocionales, cómo se crean, cómo se manifiestan y, sobre todo, cómo sanarlas con técnicas psicológicas y ejercicios prácticos. Esperamos que disfrutes de la lectura y, si lo deseas, nos dejes tus comentarios al final del post. Nos encantaría saber  tu opinión para seguir avanzando en el proyecto. No obstante, incorporaremos los comentarios de nuestra comunidad a este trabajo.

¿Qué son las heridas emocionales?

La psicóloga y doctora Marena Vázquez nos dice que “así como las cicatrices físicas dejan cicatrices en nuestro cuerpo, las emocionales dejan cicatrices que parecen reflejarse en el carácter y la personalidad de quien las sufre”.

Por tanto, las cicatrices emocionales son en realidad heridas que se producen cuando no se abordan emociones fuertes como el dolor, la ira, la tristeza, el miedo, etc. Se reflejaban en el carácter de la persona. Estas lesiones pueden surgir en la infancia o en otras etapas de la vida y pueden afectar la salud mental o emocional.

Probablemente, las emociones negativas que hemos mencionado anteriormente, pueden convertirse en heridas emocionales si no se resuelven adecuadamente. Esas marcas se agravan con el tiempo y nos impiden vivir plenamente el presente.

Marieta Vázquez nos aconseja sanar nuestras heridas emocionales y no dejar que cambien negativamente. Desde mi punto de vista, pienso que antes de sanar debemos reconocer y aceptar esas pequeñas heridas.

¿Cuáles son las heridas emocionales más frecuentes en la infancia?

En la edad más temprana es donde las heridas son más profundas y estas no acompañarán a lo largo de nuestra vida. Esa pequeña cicatriz logra cambiar nuestra personalidad y el desarrollo de las personas. Por eso, es fundamental educar a los pequeños de la casa con unos valores.

Podemos encontrar cinco heridas emocionales en nuestra infancia:

  • Rechazo: cuando un niño se siente rechazado, abandonado o no amado por sus padres o cuidadores principales. Esto puede generar sentimientos de inseguridad, baja autoestima y dificultad para construir buenas relaciones en el futuro.
  • Humillación:  ocurre cuando otros, especialmente padres, maestros, hermanos mayores, etc., avergüenzan, ridiculizan o menosprecian a un niño. Esto puede generar vergüenza, culpa y falta de confianza.
  • Traición: cuando alguien se siente engañado por un padre, un amigo cercano o una figura de autoridad. Esta herida puede dificultar la confianza en los demás, las relaciones conflictivas y el miedo al abandono.
  • Injusticia: Se produce cuando un niño experimenta situaciones percibidas como injustas, como ser castigado injustamente o presenciar injusticias hacia otros. Esto puede generar sentimientos de resentimiento, ira y  desigualdad entre los demás.
  • Abandono: Surge cuando un niño experimenta la pérdida física o emocional de una figura significativa en su vida, como la muerte de un ser querido, el divorcio de los padres o la negligencia emocional. Esto puede generar miedo al compromiso, dependencia emocional y dificultades para establecer relaciones estables.

¿Cómo sanar las heridas emocionales?

Se refieren a todo aquello que nos causa dolor o malestar emocional. Al igual que cualquier herida generalmente es producto de algún evento traumático de nuestro pasado. Si dichas cicatrices no sanan, con el tiempo pueden tener un impacto en nuestra autoestima, relaciones y salud mental.

Sanar las lesiones emocionales requiere tomar determinados pasos que gradualmente te ayudarán a superar el trauma y a mejorar tu bienestar.

Acepta la herida como parte de ti mismo. Reconoce que la herida existe, que forma parte de tu historia, pero que no te define ni te limita. No trates de negar, ocultar o minimizar, pues eso solo hará que se agrave. Acepta que tienes algo que resolver y que mereces estar mejor.

Expresa tus emociones. No reprimas lo que sientes, pues eso sólo aumentará tu malestar. Busca formas de expresar tus emociones, ya sea hablando con alguien de confianza, escribiendo un diario, dibujando, haciendo ejercicio o cualquier otra actividad que te ayude a liberar la carga emocional.

Perdona a aquellos que te hirieron. Perdonar no significa olvidar lo que pasó ni justificar el daño que te causaron, significa liberarte del rencor y el resentimiento que te mantienen atado al pasado. Recuerda, cuando perdonas a esa persona que nos ha hecho daño lo hacemos para sentirnos bien con nosotros mismo y soltar esa carga que llevamos en nuestra mochila. ¿No crees?. Té permite cerrar un ciclo para avanzar.

Perdónate a ti mismo. A veces, nos culpamos por lo que nos pasó o por lo que podríamos haber hecho de otro modo, pero eso no nos libera. Reconoce que hiciste lo mejor que pudiste con lo que sabías y recuerda que, si bien podrás cambiar algunas partes de tu pasado, si no vives esa experiencia no tendrás un aprendizaje durante tu camino.

Aprende de la experiencia. Cada error, cada herida y cada traición deja una lección valiosa si te paras a mirar. Hazlo e identifica qué aprendiste de lo que te pasó y, sobre todo, cómo puedes aprovecharlo en tu presente y futuro. Asimismo, siempre es un buen momento para recordar las cosas buenas que has obtenido de esa situación y mostrar gratitud por ellas.

Cuida de ti mismo. Para sanar las heridas emocionales es imprescindible que te ames, respetes y mimes.  Cuida de tu bienestar físico, mental y emocional, haciendo algo que te haga sentir bien, que te divierta y que te relaje. Rodéate de personas que te apoyen, aprecien y quieran. Al mismo tiempo, reconoce tus fortalezas, logros y virtudes y festeja que existes. Sentirás una satisfacción plena.

Buscar ayuda profesional. A veces las heridas emocionales son tan profundas y complejas que requieren la ayuda de un experto que nos oriente y acompañe en el proceso de sanación. Si sientes que no consigues superar tu herida solo o que está afectando gravemente tu calidad de vida, no dudes en acudir a un psicólogo o psicoterapeuta. Cuidarse es una de las mejores formas de tener una relación consigo mismo llena de amor y respeto.

 ¿Cuáles son las técnicas psicológicas para sanar las heridas del alma ?

Existen diversas técnicas psicológicas que nos pueden ayudar a cuidar y sanar las heridas emocionales. Veremos cómo aplicarlas en nuestra vida cotidiana.

Autoconocimiento. Esta técnica consiste en descubrirte por dentro y conocer quién eres, qué sientes, qué piensas y qué quieres. Por ejemplo, escribiendo un diario personal en el que puedas expresar tus emociones, pensamientos, sueños y metas. Descubrirás muchas cosas que no sabías de tí. También,  es útil hacer tests de personalidad, de inteligencia emocional, de valores, etc., que te ayuden a conocerte mejor.

Aceptar las heridas emocionales como parte de ti mismo: Aceptación sin que sea limitante en nuestra vida. Lo veremos en dos pasos:

En primer lugar :  sería visualizar una situación significativa en la que alguien superior a ti te haya subestimado. Debes sentir una emoción intensa.

Pongamos en el caso,  una relajación despierta, por ejemplo. ¿ Qué es una relajación despierta ? .Consiste en centrarse en cada parte del cuerpo y en las sensaciones que surgen.  Cada uno de nosotros nos imaginamos mientras visualizamos, dónde nos gustaría estar y nos dejamos envolver por la magia del lugar que hemos imaginado.

Os dejo los pasos por si queréis  llevarla a cabo:

Encuentra un lugar tranquilo y cómodo donde puedas sentarte o recostarte sin ser interrumpido durante unos minutos.

Cierra suavemente los ojos y lleva tu atención a tu respiración. Tómate unos momentos para simplemente observar tu respiración, sin tratar de cambiarla.

Una vez que te sientas centrado en tu respiración, comienza a visualizar un lugar tranquilo y sereno en tu mente. Puede ser un paisaje natural como una playa, un bosque o una montaña, o cualquier otro lugar que te traiga paz y relajación.

Imagina los detalles de este lugar: los colores, los sonidos, los olores y las sensaciones físicas. Siente el sol cálido en tu piel, escucha el suave murmullo de las olas o el susurro de las hojas en el viento.

A medida que te sumerges más en esta visualización, permite que tu cuerpo y tu mente se relajen profundamente. Deja que cualquier tensión o preocupación se disuelva mientras te sumerges en la tranquilidad de este lugar imaginario.

Permanece en este estado de relajación durante unos minutos, simplemente disfrutando de la sensación de calma y serenidad que te rodea.

Cuando estés listo para regresar, lleva suavemente tu atención de vuelta a tu respiración. Toma algunas respiraciones profundas y conscientes, sintiendo cómo llenan tu cuerpo de energía renovada.

Abre lentamente los ojos y tómate un momento para notar cómo te sientes después de esta práctica de relajación despierta.

Nos ayuda a desconectar del estrés y las preocupaciones del día a día, proporcionándote un espacio de calma y tranquilidad para recargar energías y revitalizar tu mente y cuerpo.

También, en segundo lugar: reconocer tus heridas emocionales como parte de tu historia, pero no la que te define o limita. Imagínate encontrándote con tu herida emocional. Háblale con compasión y dile: “Te acepto, te entiendo, te quiero sanar”.

Expresar tus emociones: consiste en liberar lo que sientes, sin reprimir ni negarlo. Un ejemplo de cómo practicarla es usar el arte como forma de expresión: pintar, dibujar, cantar, bailar o escribir. También puedes hablar con alguien de confianza, como un amigo, un familiar o un terapeuta, que te escuche y te apoye.

Perdonar a quien te hirió: esta técnica implica soltar el rencor y el resentimiento hacia la persona o la situación que te causó la herida, y entender que el perdón es un regalo que te haces a ti mismo. Un ejemplo de cómo practicarla es escribir una carta de perdón, donde expreses lo que te dolió, lo que aprendiste y lo que deseas para el futuro.

Perdonarte a ti mismo: es dejar de culparte por lo que pasó, por lo que no hiciste, por lo que hiciste, por lo que dijiste, por lo que callaste y reconocer que eres humano y a veces te falta valor. Un ejercicio es hacer afirmaciones positivas para entrenar tu mente. “Me perdono”, “Me acepto”, “Me quiero”. “Merezco ser feliz”.

Aprender de la experiencia: es buscar el lado positivo de lo que te pasó y ver qué lección puedes sacar un aprendizaje. Pero, como bien dice una aportación, “la mejor manera es verlas como heridas de aprendizaje. Mirarlas desde la distancia me sirve para constatar que el aprendizaje de esa herida ha culminado. Mirar más hacia el frente en el aquí y ahora, prestar más atención a lo que me rodea y dedicarle tiempo son otras maneras de no mirar atrás “.¿Cómo podemos llevarlo a cabo? Haz una lista con todos los beneficios que te ha traído esa herida, como por ejemplo que te ha hecho más fuerte, más sabio, más empático o más creativo.

Cuidar de ti mismo: consiste en mimarte, respetarte y atender tus necesidades físicas, mentales y emocionales. Un ejemplo de cómo hacerlo sería elaborar un plan de autocuidado. Se trata únicamente de incluir en él actividades que te hagan sentir bien, que te diviertan y que te relajen, como, por ejemplo, hacer ejercicio, meditar, leer, ver una película o salir con amigos.

Buscar ayuda profesional:  consiste en consultar con un psicólogo o psicoterapeuta si sientes que no puedes curar o sanar tu herida por ti mismo o si esta afecta gravemente tu calidad de vida. Un ejemplo de cómo practicarla consistiría en buscar un profesional que te inspire confianza, que tenga experiencia en el tema y que te ofrezca un espacio seguro y acogedor para trabajar en tu sanación.

Por otro lado, según, una aportaciones de nuestra comunidad: “mi divorcio marcó un cambio drástico en mi vida, sin embargo luego de 5 años he podido dar la vuelta al proceso ya que hay que aprender a soltar lo que no te hace feliz. La causa principal por la que me divorcié. Sin embargo he de confesar que la biodecodificación y las constelaciones familiares me han ayudado de manera sorprendente. El verdadero amor nace por nosotros mismos y cuando aprendemos a amarnos y perdonarnos es cuando realmente podremos empezar a estar listos para una nueva aventura de pareja basada en otros valores ahora mucho más maduros y con la experiencia acumulada. No me da nostalgia ni arrepentimiento, sólo puedo agradecer a mi ex relación y todos los interlocutores que interactuaron para enseñarme. Dicen que «quien no aprende de sus errores está destinado a repetirlos»

Lo más importante es que no te rindas y que confíes en tu capacidad de recuperarte y de ser feliz.

¿Cómo puedo llevar a cabo?

Hay un montón de ejercicios prácticos para sanar tus heridas emocionales. Algunos ejemplos son:

Escribir un diario. Escribir sobre tus emociones, pensamientos y experiencias ayuda a expresar lo que sientes, a entender lo que te ha pasado y a liberar el dolor. Puedes escribirle una carta a la persona o situación que te hirió, que no tienes que enviar, exprimiendo cómo te hizo sentir y cómo te gustaría que fuera la relación en la actualidad. O escribir una carta a tu yo herido, dándote apoyo, comprensión.

Practicar el perdón: Perdonar no significa olvidar ni justificar lo que te hicieron, sino soltar el rencor y el resentimiento que te atan al pasado y te impiden avanzar. Perdonar es un acto de amor hacia ti mismo, que te libera de la carga emocional y te permite sanar. Puedes practicar el perdón mediante afirmaciones, meditaciones, visualizaciones o rituales simbólicos. En mi caso, visualizo una hoguera y arrojó todo el resentimiento y odio que siento en ese momento.

Hacer ejercicios: El cuerpo guarda la memoria de las heridas emocionales, y por eso es importante cuidarlo y moverlo para liberar la tensión y la energía estancada. Hacer ejercicios  que te gusten y te hagan sentir bien puede ayudarte a conectar con tu cuerpo, a mejorar tu autoestima y a liberar endorfinas, que son las hormonas de la felicidad. Algunos ejercicios serían: yoga, pilates, baile, boxeo, natación o senderismo.

Estos son sólo algunos ejemplos de ejercicios prácticos para sanar las heridas emocionales, pero hay muchos más. Lo importante es que elijas el que sea más adecuado para ti, tu situación y tu ritmo, y que lo practiques con constancia y paciencia. Recuerda que sanar las heridas emocionales es un proceso que lleva su tiempo.

 ¿ Es importante cuidar nuestra energía vital para sanar las cicatrices de nuestra alma ?

Pienso que para continuar  a lo largo nuestro camino es importante adoptar prácticas que potencien el bienestar emocional, mental y espiritual para mejorar nuestra fortaleza y al mismo tiempo sanar las heridas del alma. Aquí hay algunas sugerencias  para subir la vibración:

«Entre Sueños: Sanando el Alma mientras Descansas»: Desde mi punto de vista, considero que dormir siete o ocho horas diarias es fundamental para activar nuestra energía. Según las investigaciones sobre el descanso nos aporta beneficios a lo largo del día, por ejemplo, mantener una conversación  o estar más activo en nuestra rutina. Varma, nos recomienda desconectar nuestro móviles y no mantenerlo en nuestra área de descanso.

«Renovación del Ser: Sanando el Alma y Renovando la Mente»  

En cambio,  un testimonio de nuestra tribu nos muestra cómo se siente, “En lo laboral me siento motivada, en lo personal agobiada, necesito estar sola y pensar,  pero no lo logro, me sienta bombardeada de emociones exteriores que influyen en mis decisiones y por supuesto mi carácter, mi salud y mi concentración.

Siempre hay nostalgia por algo del pasado, pero lo importante es vivir el presente, y disfrutarlo y, en todo caso, prepararse para lograr un mejor paradigma personal en el futuro

Por eso, reconstruir nuestra mente implica pensar o ver las cosas desde otra perspectiva más positiva y constructiva. Promover una actitud de aceptación y crecimiento en nuestra vida personal, como bien nos comenta. Así pues, regenerar  nuestra mente es esencial para curar las heridas emocionales porque nos permite cambiar nuestra forma de pensar, superar patrones negativos, fortalecer nuestra resiliencia, promover el autocuidado y crear un nuevo sentido de identidad que nos ayude a sanar y crecer a partir de nuestras experiencias pasadas.

«Alimenta tu Alma: Curación a través de una Nutrición Consciente» Comer sano y curar las heridas emocionales son fundamentales porque se complementan y potencian mutuamente, contribuyendo a nuestro bienestar emocional, mental y físico en su conjunto. Al adoptar hábitos alimenticios saludables y trabajar en nuestra salud emocional, podemos mejorar nuestra calidad de vida y promover un mayor sentido de bienestar y felicidad.

«Nutriendo el Alma: Amigos como Vitaminas para Curar las Heridas Emocionales» Los amigos vitaminas desempeñan un papel crucial en el proceso de curación de las heridas emocionales al brindarnos apoyo emocional, perspectiva externa, refuerzo en la autoestima, distracción saludable y fomento de relaciones saludables. Cultivar y mantener amistades significativas es fundamental para nuestro bienestar emocional y contribuye en gran medida a nuestra capacidad para superar las dificultades emocionales y construir una vida emocionalmente saludable y satisfactoria.

Según este comentario de nuestra tribu nos sugiere : “Estrategia 1. Hablar con amig@s que te conocen y te quieren, para que te recuerden lo que vales e hicisteis bien. Estrategia  2: ponerme de vez en cuando podcast de superación,  Estrategia 3: masajes siathut con una super profesional que me ayuda a aterrizar en la experiencia,  sacar lo que llevo dentro y usar su magia en medicina china para desbloquear mi cuerpo. Estrategia 4: Hacer actividades de conexión con la tierra y lo ancestral. Estrategia 5: Bailar, reir y salir de marcha con amigos.”

Desde comotehaidoeldia hemos seleccionado un  vídeo sobre todos los aspectos que hemos mencionado anteriormente. Espero que les guste.

Finalmente,  es crucial sanar las heridas emocionales para poder avanzar.  Por eso, eliminar esas barreras nos permite quitarnos un peso emocional  y así poder  experimentar los nuevos obstáculos con mayor experiencia y  con más rapidez. Además,  pienso que a la hora de tomar decisiones lo haremos con una mayor claridad  y firmeza. También,  nos permite aprender de experiencias pasadas  y no repetir esos patrones  ¿ Estás de acuerdo ?”


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